La atención personalizada fue maravillosa. me hicieron sentir como en casa, siempre atentos a mis necesidades, recordando mis preferencias, lo que realmente marcó la diferencia en mi estadía.

Mejorar las sillas en la playa sería ideal.

El lugar es un refugio encantador frente al mar, con una piscina hermosa y un jardín que complementa la experiencia. Las habitaciones, decoradas con calidez, ofrecen un ambiente perfecto para relajarse, y la vista al mar es inigualable, ideal para las mañanas tranquilas o cenas al atardecer.

Aunque la comodidad de las habitaciones es notable, el aire acondicionado podría ser un poco ruidoso durante la noche, afectando el sueño. Para aquellos que buscan una total sotisficación pueden sentir que las habitaciones son un poco sencillas en comparación con las expectativas de lujo. Quizás la falta de más opciones de actividades recreativas también se sienta durante estancias largas.

El hotel es un rincón encantador con un servicio excepcional. Sin embargo, la espera para el desayuno fue un poco larga.

Desayuno que decepciona un poco

La playa es un auténtico paraíso, tranquila y rodeada de palmeras. El ambiente del hotel es relajante, ideal para desconectar. Las habitaciones estaban bien decoradas y limpias.

El desayuno era bastante sencillo, con pocas opciones. a veces se hacía larga la espera en el restaurante. Además, la piscina tardó en estar en condiciones adecuadas para usar.

Recomendado para quienes buscan tranquilidad

El dueño, Roberto, fue más allá de lo esperado, nos ayudó a conseguir una tabla de surf para mi hija que disfrutó al máximo. Y la comida. nunca querrás ir a otro lugar, ¡era tan buena que comimos ahí todos los días!

No fue barato, pero aún así aceptable.

Los platos de ternera en el restaurante son para chuparse los dedos, ¡cada bocado era una fiesta! Además, su cafecito matutino y las galletitas son un detalle que da vida al día. Y no puedo olvidar mencionar lo limpio y hermoso que estaba el mar, perfecto para disfrutar de un día de playa.

Aunque el servicio fue genial, ¡la espera por el desayuno a veces se sintió eterna! Pero hey, vale la pena, porque salí con el estómago feliz.

La comida era espectacular, cada platillo me sorprendió. El servicio fue tan cálido que me hicieron sentir en casa, realmente inolvidable.

La habitación era muy acogedora y cómoda, con una decoración linda que te hacía sentir en casa. Tenía todo lo necesario, y además los anfitriones se aseguraban de que estuviera todo bien. Me encantó despertar con el sonido del mar. Sin embargo, el aire acondicionado era un poco ruidoso durante la noche, lo que a veces interrumpía el sueño. Pero en general, la confortabilidad de la cama y los detalles decorativos se destacaron mucho.

definitivamente volvería

Las habitaciones son súper cómodas, con aire acondicionado, televisión de pantalla plana y baño privado. La piscina está rodeada de un jardín hermoso. La comida del restaurante es deliciosa, ideal para disfrutar con vistas al mar y el sonido de las olas. Además, la atención de Roberto y su personal es excepcional, siempre están al tanto de todo.